Por: Mtro. Rodrigo Pérez Esquivel
El turismo ha cambiado. Ya no basta con saber organizar un viaje o atender al cliente. Hoy enfrentamos problemas como la turistificación, que transforma barrios en zonas comerciales sin alma, la turismofobia que convierte a los turistas en invitados no deseados en los pueblos y ciudades que visitan; la digitalización, que sustituye procesos humanos por inteligencia artificial; o la crisis ambiental, que pone en riesgo muchos destinos.

Ante este panorama, surgen preguntas que urge responder: ¿cómo hacer turismo sin destruir lo que visitamos?, ¿cómo mantener el valor humano en un sector que se automatiza?, ¿cómo innovar sin perder identidad?
Conocer y estudiar conceptos relacionados con el turismo ya no es solo una cuestión de vocación o gusto, también es una forma de entender y transformar la realidad. Formarse en este campo implica aprender a tomar decisiones conscientes, analizar datos, crear estrategias sostenibles y buscar soluciones que equilibren lo económico, lo social y lo ambiental, lo que hoy conocemos como turismo sostenible.

La nueva generación de profesionales turísticos debe ser crítica, creativa y flexible. El turismo sigue siendo una fuente de crecimiento, pero su futuro depende de cómo lo gestionemos hoy, tenemos que ser más responsables con el impacto que tiene el turismo en la región.