Por: Gladys Cárdenas Alfaro
La elección de una carrera profesional puede parecer un proceso complicado o hasta estresante, pues todos sabemos que es la decisión más importante de nuestras vidas; es a lo que nos vamos a dedicar por muchos años y de lo que vamos a vivir. Debemos detenernos a pensar que es más probable que tengamos éxito y seamos felices si nos apasiona lo que estamos aprendiendo.
Sin embargo, a veces la presión de tomar una decisión tan importante puede generar dudas, pues cada estudiante tiene diferentes intereses, habilidades, influencias y perspectivas sobre su futuro. Lo ideal sería hacernos preguntas como “¿Qué actividades disfruto más?” o “¿Hay algo que haría gratis porque me apasiona?” y de estas respuestas tendríamos un enfoque más claro.

Es útil también conocer las opciones laborales que me dejará estudiar cierta carrera, qué profesiones están en demanda, cuáles tienen un crecimiento continuo y cuáles pueden ofrecerme estabilidad económica y oportunidades de desarrollo, sin dejar atrás el gusto por ella. Por ejemplo, hablar con personas que trabajen en dichas áreas, o incluso realizar prácticas en el lugar, nos dará una mejor idea o perfil vocacional.
Hoy en día, la mayoría de los estudiantes tienen acceso a mucha información sobre la oferta educativa, ya sea a través de internet, ferias educativas, orientación vocacional o hasta consultas con asesores educativos, esto les permite conocer más sobre el campo profesional, el plan de estudios, las oportunidades laborales y las perspectivas de crecimiento, lo cual puede hacer que tomen una decisión más informada.

Si elegimos una licenciatura porque realmente nos interesa y disfrutamos aprender sobre ese campo, entonces es más probable que disfrutemos el proceso, pero atención, incluso en la carrera que más nos gusta, hay momentos difíciles o materias que tal vez no son tan fáciles o llamativas. Eso no significa que no disfrutemos el paso por la Universidad, es importante mencionar que los retos y obstáculos también son parte de cualquier proceso educativo, y enfrentarlos puede ayudarnos a crecer y madurar.
Otra forma de saber si elegimos bien estudiar una licenciatura es preguntarnos cómo nos imaginamos trabajando en ese campo. Si sentimos emoción al pensar ello, es un hecho que elegimos bien, pero si tenemos dudas, reflexionemos sobre qué aspectos de la carrera me generan incertidumbre o inquietud y tratemos de averiguar si son problemas temporales o algo más profundo.

Informarse bien es clave para tomar una decisión sólida y bien fundamentada, el proceso de elección no debe ser apresurado ni basado en lo que esperan de nosotros, debe responder a nuestros intereses y valores, pues no es lo mismo estudiar algo por obligación que por vocación.